¿Le haces caso
a tu voz interior?

¿Te es familiar este escenario?
Empiezas hablando con indirectas,
lanzando pullas, piedritas,
golpes bajos, latigazos y puñaladas...
Escuchas una voz suave que te dice:
¡No hagas eso... No digas eso!
viene otra voz más fuerte y convincente,
que con gran seguridad afirma:
¡No seas tont@, di lo que sientes,
di lo que piensas... no te dejes!
Le haces caso a esa segunda voz,
y las consecuencias... son tremendas.

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