Son tantas las cosas bellas y buenas,
que la vida y las personas nos dan a diario;
que hay que evitar a toda costa,
que al finalizar una relación,
quede un sabor amargo en tu corazón,
haciéndote olvidar los buenos momentos,
las alegrías y el amor que has recibido.
Cuando rompemos con alguien
o con algo importante,
tenemos la tendencia a quedarnos
con un sabor amargo en el corazón.
Procura recordar lo bello,
lo dulce y lo maravilloso,
que esa persona o esa experiencia,
dejó en tu vida.