Ser amable,
cordial, cortés y educado,
es como un bálsamo
que lubrica las relaciones,
ayudando a suavizar este mundo,
que es tan áspero.
El ejemplo es el mejor medio,
de transmitir cosas buenas,
porque es contagioso.
Propagarlo, no como un virus,
sino como una cadena de amor y alegría,
contribuirá a hacer de tu mundo,
y de nuestro mundo,
un lugar más amable para vivir.
Cultívalas en ti
y proyéctalas en tus hijos,
es un valor que el mundo necesita.