La desesperación
te lleva a los límites de la imaginación,
donde pierdes la esperanza
y entras en agonía,
al no saber qué hacer ni a quién recurrir;
desestabilizándote y sumiéndote
en el caos total.
Estos estados alterados,
producen presión, tensión y estrés.
Libéralos, descargándolos al exterior,
a través de una exhalación fuerte,
mientras repites mentalmente,
¡calma, calma!
conéctate con tu alma.
Poco a poco te sentirás mejor.