Todo es susceptible al cambio

Así es que,
aunque lo que te pasa,
parezca irreversible,
definitivo e inmodificable,
como la misma muerte,
contiene implícito un cambio;
y ese cambio es movimiento,
transformación y evolución.
Por lo tanto,
recíbelo como una bendición;
acéptalo como un regalo,
y capitalízalo,
como el mayor de los tesoros.

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