Reconciliarnos con lo que consideramos ser, responsable de nuestro dolor

Reconciliar es aclarar, comprender
y encontrar de nuevo la paz
que sentimos perdida,
por alguna situación, circunstancia
o roce que tuvimos con alguien,
a quien responsabilizamos
por los resultados,
que al ser diferentes de lo esperado,
nos lastiman y duelen,
convirtiéndose en heridas.
Esta reconciliación nos permite
encontrarnos interiormente,
con la persona, situación o causa
del dolor que sentimos;
y con consciencia y comprensión,
comprobar que no existió intención,
ni deseo alguno de nadie en lastimarnos.
Al hacerlo, la rabia, el resentimiento
y el deseo de culpar a otros
de nuestras heridas, desaparece,
al no existir culpables, sino responsables,
de la situación creada por la ignorancia
y la falta de amor de ambas partes.

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