Todas las heridas emocionales,
provienen de la mente,
aunque las sintamos en el corazón.
Sanan cuando comprendemos,
que no hubo intención,
ni deseo de nadie en lastimarnos;
y que son el fruto de un mal entendido,
un mal momento,
o algo desafortunado que pasó.
Cuando la mente comprende,
las heridas emocionales desaparecen.