Punta... talón

Recuerdo cuando era niña,
y en casa o en el colegio,
nos enseñaban glamour.
Aprender a sentarnos,
a bajar las escaleras,
y caminar en forma balanceada,
era muy importante.
Recuerdo haber colocado
un libro sobre mi cabeza,
mientras repetía:
punta... talón, punta... talón;
hoy en día, el afán en que vivimos,
hace que todo eso se olvide
y acabamos caminando como trogloditas,
talón... punta.. talón... punta.
Obsérvate y confirma esta observación;
porque una buena posición
y un buen caminado,
tienen su razón y su propósito;
quizás brindar balance y equilibrio,
no solo al cuerpo, sino a la forma,
de manejar la vida misma.

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