Padre, no me canso
de darte las gracias

Porque hoy me siento mejor que otros días,
y por ello, puedo apreciar la vida
en todo su esplendor;
por lo que pensé que era bueno,
y lo que no lo era tanto;
por mi ignorancia y mi sabiduría;
por el placer de ser este lápiz,
sostenido por tu mano, Señor.
Por las lágrimas y las sonrisas;
los aciertos y los errores,
por la vida y la muerte,
que en cada instante se hacen presentes;
por eso y por mucho más...
¡gracias, gracias, gracias!

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