¿Me necesitas…?

¡Aquí estoy, como siempre!
Dispuesto a escuchar
y comprender tu alma;
a abrazarte y a darte la confianza,
que sientes perdida.
¡Aquí estoy, como siempre!
Atento a secar tu llanto,
a reconfortar tu espíritu,
y a darte la fuerza que necesitas,
para empezar de nuevo.

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