Por permitirme
ver las cosas de otra forma,
quitando de mi mente tantas sombras,
que sólo oscurecer mi alma pretendían.
Por alegrar mi corazón con tu sonrisa,
cuando el mundo entero en su carrera,
olvidaba por completo que existía.
Por desvanecer mis penas
en el amor perenne que me acoge,
entre tus brazos Padre, sin agonía.