Las heridas que le atribuimos a los demás,
las hemos causado nosotros mismos

Estamos acostumbrados a ser víctimas,
culpando o responsabilizando,
a los demás por lo que nos pasa;
cuando nadie a propósito
nos quiere lastimar;
simplemente no coincidimos,
o nuestros sentimientos
no pueden ser correspondidos.
Las heridas que sufrimos son causadas,
por nuestras expectativas y deseos;
por la ceguera que nos invade,
al no querer asumir la realidad,
que las señales que recibimos,
dicen entre líneas;
y por aferrarnos a anhelos,
que distan mucho de la realidad.
Revisemos nuestra responsabilidad,
y soltemos la carga de resentimiento,
que llevamos a cuestas.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *