En estos días recibí esta frase:
- Dios no nos ama
porque seamos buenos y bellos,
sino que nos hace buenos y bellos
porque nos ama.
¡¡¡Que hermoso!!!
Ojalá cada uno de nosotros
pudiera ver esa realidad viva,
en sí mismo y en los demás;
entonces sería mayor la comprensión
y menor el juicio,
mayor el amor y menor la envidia,
mayor el compartir y menor la soledad,
mayor la alegría y menores las penas.
Si pudiéramos ver con los ojos de Dios,
quizás todo lo veríamos diferente;
y si pudiéramos amar con el amor de Dios,
entonces este mundo dejaría de ser
el infierno que a veces es,
para ser un paraíso.
Pidamos cada mañana:
- ¡Padre inúndame con tu infinito amor!