Esos pequeños actos de maldad...

Que nos sentimos tentados a hacer,
de forma consciente o inconsciente,
y que en ocasiones son causados,
por sentirnos ofendidos, olvidados,
rechazados, ignorados o no amados...
siempre tienen consecuencias.
Nos van a causar más daño
a nosotros que a los demás;
por lo tanto, lo ideal es,
abstenernos de actuar mal.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *