Es mejor ver los toros
desde la barrera

Porque eso de ser espectador y observar,
resulta bastante difícil para el ser humano,
que por alguna desconocida razón,
vive bajo el síndrome del protagonista.
Serlo en su propia vida, es lógico;
pretender serlo, en la vida de los demás,
no es práctico ni objetivo.
Meternos de más,
en la vida de los demás,
opinando e interviniendo,
con el supuesto objetivo
de solucionarles la vida;
no nos corresponde.
Ser espectadores,
tanto en nuestra vida,
como en la de los demás,
no sólo brinda objetividad,
sino que nos ayuda a ver las cosas,
en las proporciones adecuadas,
y desde una perspectiva diferente.

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