No te pierdas en el camino

A veces como diría “el principito”...
nos quedamos en el sombrero
y no vemos el elefante;
y eso impacta profundamente,
porque nos confirma que una vez más,
el adulto, nos arrebata al niño.
No te pierdas en el camino.
Si pierdes la capacidad
de ver más allá de las cosas;
de reír, de soñar, de jugar...
entonces habrás perdido,
la oportunidad de vivir.

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