Es cuando por un momento,
te conviertes virtualmente,
en la otra persona;
es cuando te trasladas a su vida,
te pones en su situación,
y sientes, vives y comprendes
lo que le sucede;
no como tú, sino como él o ella lo haría.
Es entonces cuando se hace posible,
el que yo sea tú, y el que tú seas yo;
porque al final de cuentas,
todos somos uno, en Dios.