Hoy en día es tan frecuente
escuchar a la gente diciendo:
“Soy ateo”, “no creo en nada”.
Mis oídos lo escuchan,
pero mi ser no logra comprenderlo.
Quizás, porque Dios y yo,
hemos sido uno desde siempre;
quizás, porque le veo
y le siento en todas partes;
o porque el sólo hecho de existir,
me confirma su presencia.
Quizás porque le veo,
en la perfección de su creación;
porque me sostiene en ese orden perfecto
que impide el caos;
o quizás porque le veo, escucho,
siento, comprendo y vivo,
mientras que los que no lo hacen,
están sumidos,
en el sueño profundo de la ignorancia.