Todos estamos afectados

Todos estamos afectados

La situación que todos hemos tenido que vivir en el último año, no sólo ha sido algo sin precedentes, sino que ha cambiado radicalmente nuestras vidas, obligándonos a aislarnos, a distanciarnos de nuestros seres queridos, a renunciar a las expresiones comunes de afecto y hasta a cambiar nuestros hábitos y rutinas.

¡Sí!, todo cambió de un momento a otro, modificando las estructuras que conocíamos, y generando consecuencias que jamás imaginamos: el miedo se apoderó de la mayoría, la incertidumbre de casi todos; y la tristeza y preocupación… del mundo entero.

La cuestión es que ya ha pasado más de un año y la huella indeleble de la experiencia, se ha hecho presente en cada uno de nosotros, de maneras diferentes quizás, pero afectándonos a todos. Con el paso del tiempo, la inmensa carga que la mayoría de nosotros llevamos, como fruto de esa enorme tensión y presión en que vivimos; no sólo nos ha estresado, sino que ha minado poco a poco, la paciencia, la tolerancia y hasta la cordura; despertando nuestros demonios interiores, ante la necesidad de un poco de espacio… o de un poco de comida para algunos.

La acumulación de todas esas emociones, que en la mayoría de los casos no hemos sabido procesar, está causando una nueva crisis. Crisis, como la que se presentaría en una gran represa, que bajo la presión del agua acumulada se revienta; y al desbordarse, por una pequeña y última gota, puede llegar a causar grandes estragos.

He notado una mayor dificultad para concentrarnos, afectando el rendimiento en el trabajo y en el estudio. Todos estamos tensionados, estresados, presionados; hay menos tolerancia y más impaciencia; mayor sensibilidad; insatisfacción, desesperación y cansancio, fomentando violencia.

Vemos al mundo entero, que ya tiene bastante con lo que hay que lidiar; en absurdos conflictos, que nos están llevando a la destrucción del hombre por el hombre.

- ¿Qué nos pasa?

¿Estamos tan enceguecidos por la locura, que en lugar de buscar soluciones, creamos más problemas?

Es tiempo de aceptar y asumir realidades. Sí, la vida cambió y nos ha obligado a cambiar; no hay nada que hacer para volver atrás, pero podemos adaptarnos, para poder continuar.

Reconocer que estamos afectados, alivia; lamentarnos y quedarnos afectados por siempre, no soluciona nada; por el contrario, lo empeora.
Resistirnos, pelear y protestar, no ayuda.
Si queremos estar lo mejor posible, debemos procurar no empeorar las cosas, sino aportar nuestro granito de arena, para que todos estemos bien.

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