¡Todo es tan hermoso!

Si tan solo te detuvieras un instante
para contemplar la belleza
que hay a tu lado,
para sentir la calidez del sol,
para recibir la caricia de la brisa fresca,
para percibir el aroma de la naturaleza,
para ver la hermosura de la tierra,
del cielo, del agua y de toda la creación...
No solo te asombrarías maravillado;
sino que comprenderías
el infinito amor de Dios.

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