Nos encanta ser controlitos, ¿verdad?
Yo creo que todos seríamos felices,
si las cosas fueran
como nosotros queremos.
Por eso dicen que la prueba máxima
para el guerrero espiritual,
es soltar el control;
lo que indica,
que no debe ser nada sencillo.
Tenemos la tendencia a controlarlo todo,
y a pretender que las cosas sean,
como pensamos que deben ser;
y en el intento, interferimos en la vida,
y en las decisiones de los demás,
afectándonos y afectándoles.
Soltar el control,
permite que cada quien sea, ame y viva,
de acuerdo a su propio criterio
y no al de los demás.