¿Soy un libro abierto
o cerrado?

Cuando Dios creó al Hombre,
le concedió el poder de ocultar o mostrar
sus pensamientos y sentimientos,
para que nadie los conociera,
a menos, que fuera su voluntad.
Le dio una llave maestra,
para elegir cómo, cuándo y a quién,
expresar lo que hay en su interior.
Esta llave maestra es
la comunicación.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *