La función de los padres,
no solo es traer un hijo al mundo,
sino brindarle durante toda su vida,
amor, respeto, comprensión,
estabilidad, bienestar y una guía;
que le permita salir adelante.
La mejor de las guías,
es un buen ejemplo,
a través del amor.
Un hijo es el fruto del amor;
y ese amor por él,
es capaz de superar toda diferencia,
conflicto, disgusto o desamor,
que exista entre sus padres.
Cuando percibas,
que pensar en determinados temas,
personas o situaciones, te inquieta,
haciéndote perder la paz y la armonía;
reemplaza esos pensamientos por otros.
Eres el guardián de tu mente,
y de ti depende, permitir o no,
que se infiltre el enemigo,
trayendo malestar, desasosiego,
e incertidumbre a tu vivir.
¡Es tu elección!
Aprende a elegir bien.
Diseñar una forma ágil,
práctica y efectiva,
para resolver las cosas
que van llegando;
evitará que se acumulen.
Se llama método y disciplina;
si le implementas en tu vida,
te permitirá estar al día.
A veces se presentan
situaciones en la vida,
en las que puedes estar tentad@,
a actuar inadecuadamente.
Recuerda que lo correcto, es lo correcto;
y que sólo hay un correcto,
no dos ni tres.
Qué difícil debe ser
la labor de un juez;
qué difícil lograr ser justo.
Sin embargo,
qué fácil nos resulta juzgar;
incluso sin tener una información
completa de los hechos.
Nadie nos juzgará al morir;
ya que nosotros mismos,
seremos nuestros propios jueces.
Si Dios o alguien lo hiciera,
seguramente argumentaríamos diciendo:
-Pero es que... fue que... etc.,
justificándonos de mil maneras.
El evaluar nuestras acciones
con lente propio,
y bajo la conciencia ineludible
de la realidad vivida;
hace prácticamente imposible
el justificar, disculpar,
o evadir responsabilidades.