Quizás esta no sea la expresión adecuada;
ya que el espíritu
está en el plano espiritual;
y su vibración al ser extremadamente alta,
al igual que la de Dios,
impide que se vea expuesto
a la contaminación propia
del mal manejo de la energía,
en otros planos.
Como hemos dicho anteriormente,
el espíritu no se enferma;
por lo tanto, no necesita sanar.