Cada quien es responsable,
de lo que hace, omite, piensa y siente;
y cada una de las personas
a quienes están dirigidas
esas descargas energéticas
provenientes de nosotros,
también son responsables
de permitir que les afecten, o no.
De manera que cada quien,
debe ser responsable de sí mismo,
para que sus acciones y omisiones,
decisiones y elecciones, contribuyan,
a hacernos sentir a todos bien, y no mal.