Aunque parezca absurdo,
en ocasiones y tristemente,
lo pensamos dos veces,
antes de animarnos
a acercarnos a algunas personas,
que por su temperamento,
acciones y reacciones, nos intimidan,
alejándonos de ellas.
Si te identificas
con esta situación,
ya sea porque intimidas
o porque te intimidan...
reflexiona y reacciona.
Somos simples seres humanos;
no moneditas de oro
para que todos nos acepten,
ni lobos feroces para que nos teman.
Podemos cambiar,
para convivir en paz y armonía.