Cuando conocemos a alguien,
queremos proyectar la mejor imagen;
y al ser amables y cordiales,
nos enfocamos en mostrar,
los aspectos valiosos e interesantes
de nuestra personalidad.
La cuestión es,
que si esta imagen no es sincera,
la otra persona lo percibirá;
y esa primera impresión,
será muy difícil de cambiar después.