Hay que fluir en esa confianza,
sin desatender responsabilidades

Cuentan la historia, de una caravana en el desierto,
que al llegar a un oasis,
puso los camellos en manos del encargado.
La cuestión es que a la mañana siguiente,
descubrieron que los camellos se habían ido;
y al preguntarle al encargado, este dijo:
- Los puse en manos de Dios y me fui a dormir.
La cuestión es, que olvidó amarrarlos antes.
Conclusión:
Haz tu 100% y lo que no puedas hacer,
déjalo en manos de Dios.

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