Con frecuencia me dejo llevar por los excesos:
como más de la cuenta, me exijo demasiado,
me descuido conmigo mismo y con los demás,
trabajo en exceso y hasta amo demasiado...
Por eso he decidido aprender a ser medido,
empezando por ser medido con la comida;
de esa forma, podré llegar a serlo,
en cualquier aspecto de mi vida.