El silencio...
otra forma de expresarnos

Cuando éramos niños,
llorábamos a grito herido
para ser atendidos;
sin embargo, con el paso del tiempo,
y de las respuestas obtenidas de los demás,
acabamos llorando en silencio.
Paradójicamente,
lo mismo sucede con las palabras
que usamos para transmitir ideas,
deseos, sentimientos, posiciones...
y que con el tiempo,
al no ser atendidas,
escuchadas ni valoradas,
van siendo reemplazadas por el silencio.
Es entonces,
cuando este silencio
se vuelve más profundo,
más sereno y más lleno de sabiduría:
la de comprender que en algún momento,
cada quien tendrá que llegar
a sus propias conclusiones...
y hacer, lo que tiene que hacer.

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