El perdón es un acto de comprensión

Cuando comprendes que no hubo
intención de nadie en dañarte;
que las heridas que tanto te duelen,
te las causaste tú mismo,
al creer, esperar o anhelar,
algo diferente a lo real.
Cuando comprendes que esas heridas
son el fruto de un manejo inadecuado,
que le diste a lo sucedido;
ya que aunque fulanito te dijera,
de qué te vas a morir,
sus palabras no tendrían efecto,
a menos, que tú lo permitieras.
Cuando comprendes
que nadie te puede ofender ni lastimar,
porque eso depende de ti
y de tu percepción,
entonces no hay nada que perdonar,
ni a nadie, a quien perdonar.

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