Nos sentimos heridos,
cuando manejamos inadecuadamente
las situaciones que vivimos con los demás,
al pretender resultados
que no dependen solamente de nosotros,
sino también de la voluntad del otro.
El mal manejo
que le damos a las situaciones,
a través de pensamientos y emociones,
alimentados por un ego ignorante,
no solo nos causan dolor y sufrimiento,
sino que deterioran y afectan
las relaciones con los demás.
Aunque nos cueste reconocerlo,
somos nosotros mismos
los causantes de lo que nos pasa,
al actuar en forma inconsciente,
ya sea por miedo o ignorancia,
provocando grandes equivocaciones,
que nos llevan a situaciones lamentables.
Desafortunadamente,
el sistema nos ha llevado a buscar culpables
fuera de nosotros mismos,
convirtiéndonos en víctimas,
cuando realmente somos los victimarios.
Tomar consciencia de nosotros mismos
y del mundo que nos rodea,
nos permite corregir nuestros errores,
al aprender de ellos,
con el fin de poder actuar en el futuro,
de una mejor manera.
