La meditación, el ejercicio,
una buena alimentación,
y buenos hábitos de vida,
acompañados de la actitud adecuada,
serán la base para que tu cuerpo y alma
funcionen bien.
Sin embargo,
los cambios que requiere tu cuerpo,
pueden llevarte a la enfermedad,
como medio, para alcanzar ese cambio.
El síntoma y la enfermedad
serán los maestros,
que te ayudarán a sanar,
soltando lo que ya no sirve,
renovando y conservando lo que sí;
y aprendiendo de ello,
para lograr un mejor manejo.
De esta manera
tu cuerpo y tu espíritu,
trabajarán juntos,
en el logro de este objetivo.
