A lo natural y elemental de la vida;
descubramos de nuevo,
el valor de un gota de rocío,
de una hoja al viento,
de un rayito de sol o de luna,
cruzando por la ventana;
de un coqueteo… o de una mirada.
Porque es en las pequeñas cosas,
que se encuentra,
el verdadero valor de la vida.