Una razón para amar

Cierta vez, mientras conversaba con Dios le dije:
“Padre, no encuentro ningún motivo
para amar a esta persona...
no hay razón alguna para amarle,
mira cómo se comporta conmigo.”
Y entonces sorpresivamente,
la respuesta llegó a mi corazón:
“El sólo hecho de que exista,
es suficiente razón para amarle”.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *