¿Te domina la terquedad?

¿Se te mete una idea en la cabeza,
que no dejas hasta salirte con la tuya?
¿Te cierras a cualquier observación,
sobre tu particular conducta?
¿Tu visión de las cosas se parcializa,
haciéndose obtusa en lugar de abierta?
Si tu respuesta es positiva,
ante cualquiera de las opciones anteriores,
es evidente que has caído
en las redes de la terquedad;
que tu corazón y tu mente,
se encuentran nublados por ella,
y que podrías llegar
a sufrir sus consecuencias.
¡Ten cuidado!

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