Hay momentos en la vida,
en los que te sientes sin fuerzas
y sin sentido de vida;
solo... vacío de afectos,
afligido por las pruebas del camino; arrasado, devastado
y a punto de darte por vencido.
Es entonces cuando has tocado fondo,
y necesitas renacer para poder continuar;
es el tiempo para un encuentro con Dios,
pues solo Él puede devolverte
lo que has perdido.