¡Simplificaré!

Mi lema será:
¡Simplifica, simplifica!
¡todo es más sencillo de lo que parece!
La mente complica siempre las cosas,
con argumentos y justificaciones.
Me relajaré,
soltando la tensión, que produce la tendencia,
a que todo debe ser de una determinada manera;
y me dejaré guiar por mi corazón.

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