Son de las rupturas más fuertes,
pues rompen el corazón,
haciendo añicos la razón,
mientras destruyen relaciones,
se llevan ilusiones, y con ellas la alegría,
la fe, la paz y la esperanza de vida.
La cuestión es,
que no sólo destruyen tu corazón;
minan tu salud física, mental y espiritual,
causando innumerables enfermedades,
de cuerpo, alma y espíritu.