¿Para qué complicarnos la vida?

¿Para qué complicarnos la vida?

¿Para qué complicarnos la vida, cuando todos queremos estar bien, ser felices, tener salud y prosperidad, amar y ser amados y tener lo necesario, ¿verdad?

Sin embargo, vivimos amargándonos la vida por cualquier cosita, insatisfechos por todo, buscándole el pierde a la felicidad, al buscar problemas donde no los hay, y motivos para sentirnos mal.

Si estamos bien… malo porque estamos bien; y si estamos mal, malo porque estamos mal… ¿qué nos pasa? Parece como si no fuera suficiente lo que ya tenemos y fuéramos adictos al estrés, a la ansiedad, la angustia y la preocupación. Si no tenemos problemas, nos los buscamos, o nos cargamos con los problemas de los demás y también con las consecuencias de sus errores; cuando la vida es tan corta y se pasa tan rápido…

Si tienes pareja… vives insatisfecho, deseando que cambie o pensando en reemplazarla por alguien mejor; y si no la tienes, deseando tenerla…

Si tienes trabajo, quejándote por el sueldo, la cantidad de trabajo, el jefe o lo que sea, porque siempre hay un motivo para estar inconforme; y si no tienes trabajo, renegando por las injusticias del sistema, de la vida y hasta del mismo Dios.

Si tienes familia, no te la aguantas… vives quejándote porque no ayudan, porque no sirven para nada, porque hacen ruido, porque no hay quien los complazca, porque viven peleando o por lo que sea… cuándo, ¿qué haría uno… si alguno de ellos faltara?

Somos tan complejos y necios… vivimos esperando… esperando que los demás nos hagan felices, que los demás nos comprendan, que dios y los demás nos ayuden, o que algún factor externo, venga a hacernos el milagrito que debemos crear nosotros.

Y ni que decir de las realidades que creamos, cuando ni siquiera nos comunicamos bien; siempre esperando que los demás adivinen; que los demás sean detallistas, que los demás nos amen, que los demás nos comprendan y nos den; cuando se recoge lo que se siembra…

Estar bien, en paz y en armonía, es una decisión; y sus frutos, provienen de la gratitud, sí, de ese sentirnos agradecidos, por lo afortunados que somos, por todo lo que tenemos y por el privilegio de darnos cuenta de ello.

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