Qué pesar, que por pereza...
dejemos de hacer miles de cosas;
dejemos de vivir, de compartir,
de disfrutar y de aprovechar
los innumerables regalos
que la vida nos da.
La cuestión es que somos perezosos;
incluso, mentalmente cómodos,
ante idea del menor esfuerzo,
y hasta reflexionar o profundizar en algo,
nos da pereza.
Recuerda que esta experiencia de vida,
solo se presenta una vez,
¡aprovéchala!