Sé práctico y mantente alerta,
para que cuando te sientas afectado,
desanimado, no amado, derrotado,
o menos de lo que eres
y puedes llegar a ser,
puedas neutralizar ese torrente
de pensamientos negativos,
en lugar de darle cuerda.
Ten presente,
que al prestarle atención,
le permites atraparte en sus redes;
si quieres evitarlo, comienza a agradecer:
¡Gracias Padre, gracias, gracias, gracias!
Así se desvanecerá rápidamente,
en la gratitud.