Manteniendo la neutralidad

A veces las personas se descontrolan
y actúan sin razón y sin medida,
causando daño a su alrededor.
Ante estas situaciones
no merecidas, ni provocadas,
lo mejor es no enojarnos
ni entrar en el juego del otro;
sino retirarnos discretamente
o guardar silencio.
Esta actitud,
contribuirá a calmar los ánimos
y a minimizar los daños;
ya que es evidente,
que la otra persona no está bien.

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