No da buena impresión, ¿verdad?
Sin embargo hay personas,
que viven dedicadas a serlo:
se quejan por todo,
culpan a todos de lo que les pasa;
y se pasan la vida sufriendo
y haciendo sentir mal a los demás.
Es natural,
que todos en algún momento,
nos sintamos víctimas,
de algo o de alguien.
Y es normal y natural,
porque en el fondo refleja,
la pena que sentimos
ante lo que nos pasa.
Lo que es sano, mientras no lo hagamos
permanente en nuestras vidas.
Observémonos,
y procuremos manejar ese aspecto,
de fragilidad natural, con equilibrio;
porque no somos víctimas de la vida,
ni de nadie ni de nada,
somos valientes guerreros,
dispuestos a enfrentar los retos
y desafíos que se nos presenten.
