Depurando mis demonios
Tener en cuenta, que en cada uno de nosotros hay luz, pero también hay oscuridad, nos permite no sólo elegir que queremos que predomine, sino enfrentar o aprovechar lo que sea, cuando se presente el momento.
La verdad es, que en cada uno de nosotros existe una gran colección de demonios que conviven con nosotros, y que van desde el villano, que sabotea nuestra felicidad; pasando por el ladrón… que se roba nuestros sueños y la fuerza y esperanza para alcanzarlos; hasta el asesino… que mata potenciales, ilusiones y oportunidades.
Y eso no es todo, hay innumerables demonios más, que nos contaminan interiormente, llevándonos a conflictos interiores que nos llenan de dudas, de incertidumbre, de miedo e inseguridad; y aún peor, de sentimientos oscuros de odio y resentimiento, de rabia, de envidia y de violencia, que no solo nos hacen daño, sino que son el arma con la que lastimamos a los demás… muchas veces a quienes más amamos.
Esta oscuridad interior que existe en cada uno de nosotros, varía en cantidad y en calidad, dependiendo de la vibración de nuestros pensamientos y sentimientos; de la expansión de nuestra consciencia, del amor que nos mueve y de nuestro propio proceso de evolución.
Quizás te preguntes, pero… - ¿Cómo puedo saber cuál es mi vibración?
Pues bien, lo sabrás, al observar tu mente y tu corazón; ellos te mostrarán lo que piensas y lo que sientes; y entonces podrás identificarlos y saber, si son constructivos o destructivos; si su calidad te hace ser una mejor persona o una peor persona; si te contaminan y empobrecen, en lugar de enriquecerte; si su presencia te hace sentir bien o mal; si te revuelven con facilidad irritándote y llevándote a la rabia y la intolerancia; y luego por supuesto, al remordimiento y a la culpa. Sabrás, si te llevan al amor y a la paz, o si por el contrario te sumergen en escenarios de confrontación contigo mismo y con los demás, donde aflora la rabia, el odio, el resentimiento, la insatisfacción y la infelicidad.
Esos demonios, son las pequeñas o grandes oscuridades que conviven contigo, y que si lo decides, puedes transformar en luz y en amor. En realidad, son oportunidades ocultas, que puedes transformar en paz y en amor; o que puedes rechazar y cultivar, exponiéndote a perderte en ellas; ya que al final de cuentas, es tu decisión.
Reconciliarte contigo mismo, reconociendo tus demonios, es el camino para reconciliarte con los demás, y encontrar la paz que anhelas. De ti depende el camino que elijas; sólo ten presente, que la oscuridad te lleva a tener más oscuridad; y que la luz te lleva a tener más luz. ¡Tu eliges!!!