Responder a esta pregunta,
quizás le brinde algo de claridad
a tus expectativas.
Ahora pregúntate:
¿Qué espera la vida de mí?
Quizás la unión de ambas respuestas,
te ayude a comprender mejor,
tu papel en ella.
Quizás te sientes víctima de la vida,
de las personas y circunstancias
que rodean tu vida;
inconforme ante todo y por todo;
quizás te has dedicado,
a ver lo malo de las cosas,
en lugar de ver lo bueno,
que también hay en ellas.
Replantea tu actitud,
porque seguir así sólo te llevará
a una vida de amargura,
donde el principal afectado,
serás tú mismo.
Recuerda que las cosas son,
como tú crees que son;
y que depende de ti,
cambiar esa percepción.
A veces nos vemos obligados
a tomar medidas drásticas,
frente a los comportamientos inadecuados
de las personas que amamos;
y lo hacemos a pesar de que esto
nos separe y cause aflicción,
porque sabemos que es necesario,
para que ellos recapaciten
y corrijan su rumbo.
Sin embargo,
ante situaciones de enfermedad o crisis,
a veces hay que hacer
un paréntesis de amor,
dejando a un lado por un momento,
esas medidas drásticas;
con el fin de brindarles apoyo,
a través de un gesto de amor.
Fluir no es cuestión de paciencia, sino de confianza
Ten presente que fluir,
es dejarte llevar,
sin oponer resistencia.
Por lo tanto, cuando te encuentres
en una situación difícil,
apóyate en la confianza, no en la paciencia,
ya que la paciencia indica que esperas algo;
mientras que la confianza
refleja ese abandono,
que implica dejarte llevar,
sin oponer resistencia; y eso es fluir.