Si tu sentido analítico
y tu sentido común
se parecen a los míos,
es posible que protestes,
como lo he hecho yo,
ante esta afirmación;
y digas:
- ¡No, muchas veces las cosas,
no dependen de uno!
Sin embargo,
lo que sí depende de uno es,
qué hacer ante esas situaciones.
Lo que sí depende de uno,
es decidir, si nos afectarán o no.
Es más, en la vida,
ante las simples elecciones,
que hacemos entre el bien y el mal,
depende de cada uno de nosotros...
odiar o amar,
construir o destruir,
elegir a Dios o al diablo,
por decirlo de alguna manera.
Así es que...
Sí, a regañadientes y todo,
reconozco que al final,
todo depende de nosotros.