La vida es un juego
que Dios creó para mí

Tomaré las cosas más deportivamente;
ya que al final de cuentas,
la vida es un juego
que Dios creó para mí.
Disfrutaré lo que venga,
con alegría y gratitud;
arriesgándome a experimentar lo nuevo,
para aprender de ello, y ser feliz.

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