Desde tiempos milenarios,
el vestido blanco fue el símbolo
de la pureza y virginidad de la novia;
ligado de alguna manera
a los cuentos de hadas,
que inconscientemente,
marcaban un inicio y un final feliz.
Con el paso del tiempo,
el mundo fue cambiando;
la mujer se fue liberando,
y los matrimonios terminando;
y con tantas personas separadas
y sin vínculos religiosos,
todo se fue permitiendo.
La cuestión es que aunque hoy en día,
el encanto se haya perdido,
la mujer sigue anhelando,
la magia de su vestido blanco.
Premonición:
si tienes la impresión,
de que algo se va a caer o romper,
colócalo en un lugar seguro.
Sueños:
si sueñas con una situación negativa,
que puede afectarte o afectar a otros;
pide al universo, que si es posible,
suceda sin consecuencias negativas.
Telepatía:
cuando una persona,
venga repetidamente a tu mente,
llámala, o pide al universo,
asistencia para ella;
puede estar necesitándote,
o necesitando algún tipo de ayuda.
Porque cada día se desarrollan más,
y porque son ayudas,
avisos del universo,
que te permiten prever,
para evitar y manejar mejor,
algunas cosas.
No le temas a tus sentidos,
como ya dijimos son ayudas;
aprende a interpretarlas y a utilizarlas,
ya que son una bendición del cielo.
¿Sabías que tus rodillas
son generadoras de cambio,
y tus piernas,
las que te permiten avanzar?
El cuerpo habla,
de lo que sucede en tu interior;
y cuando hay rigidez y dolor en tus rodillas,
es porque hay resistencia inconsciente,
al cambio.
Esa resistencia
que causa dolor ante el movimiento,
proviene del ego, que paradójicamente,
se aloja en cada parte de tu cuerpo
relacionada con el cambio;
con el objetivo de impedir tu evolución
y mantenerte estancado.
Practicar, el flexionarlas al moverte,
facilitará los procesos de cambio.
Porque si lo que quieres es seguir igual,
no tienes que hacer nada;
simplemente sigue en tu zona de confort.
Pero si quieres avanzar,
descubrirte, conocer cosas nuevas,
desarrollarte en diversos aspectos,
y descubrir a Dios y su creación;
debes salir de tu zona de confort;
arriesgarte y lanzarte al vacío,
de lo nuevo y lo desconocido,
fluyendo en forma natural,
con lo que se vaya presentando.