¡Necesito ayudarme!
Respiro profundo, me calmo, vuelvo a respirar;
inhalo y suelto fuertemente el aire por la boca;
así suelto la tensión, la ansiedad,
y el estrés que me produce la espera.
Me centro en el aquí y el ahora,
comprendiendo que lo que ha de llegar,
llegará cuando corresponda.
Suelto el control y confío en esa convicción.